jueves, 30 de julio de 2009

Y rozò tan palidos abismos, que cuando lo tuvo no lo pudo creer.
La noche agitaba su frescura y las estrellas se le iban develando una por una, habìa millones!
El cigarro se consumio; volvio al papel y escribiò lo maravilloso que es escribir.
Soltò la pluma y se dispuso a dormir, para mañana levantarse orgulloso de su Despertar

miércoles, 22 de julio de 2009

- ¿Para que vas a sentarte a explicar las cosas? O acaso las cosas no son percepciones. En definitiva nunca vas a encontrar un punto unánime, por que son percepciones.

- Son, en efecto percepciones. ¿Pero en efecto de que? De una subjetividad que dista mucho de sentirse Sujeto, de una subjetividad que baila sola por la noche llena de estrellas.

- No. De una subjetividad que es. Que se deja ser. Que encuentra cause al principio y al final del río del yo. O me vas a decir que ahora crees en la multiplicidad de esencias en conjunto.

- No. No la creo. Nunca la eh creído. Va, quizás alguna vez. Pero ya no más. Hoy creo en el hoy, y el hoy es experiencia.

- Y Bueno ahí lo tenes. La experiencia es sujeto, la experiencia es percepción.

- Y si la experiencia es sujeto ¿Por qué rondar en las profundas aguas del ego? ¿y no Ser Sujeto? No multiplicidad, unidad.

- Es la naturaleza que nos toca, ¿o acaso las flores de tu jardín tienen el mismo aroma, o las manzanas pecan de igual tamaño y forma?

- Tus ojos son adultos, ya no más inocentes. Ves por las formas, oís por los sonidos, dejaste de ser niño y ahora tu conocimiento, eso que vos crees que es la relación sujeto-objeto carcomió tu mirada. Pensas en particularidades universales y no en universalidades llevadas a lo particular. Oles la Flor, no su sentido. Ves la manzana y no su vitalidad.
Las afirmaciones,
Armas de la no-verdad
Se desvanecen cuando se entiende el arte
Como lo relativo de algo absoluto.
No se que quiero escribir.
Escribo, por que no se que decir.
Por que no lo puedo decir
O quizás por que no lo quiero decir,
En definitiva escribo sin querer, aquello que quiero no-decir.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Que le dijo?
Nada,
Solo se hundió en su pesar
Escarbo en la herida y le dolió
¡Cuanto dolor!
¡Gritos!
¡Gritos!
¡Gritos!

¿Que suspiró?
Nada, solo se hundió en el barro
Mojo su pasado y todo tomo un solo color
El color humano.

¿Difícil es?
Solo respondió con la experiencia
Camino sinuoso acontecía hacia la montaña
Donde yacía latente la cueva.

viernes, 27 de febrero de 2009

Perdon

Llego, dejo la bicicleta contra la reja. Se sentó en el segundo escalón, atrás suyo acontecía el patio de la escuela Nº1. Busco nervioso en el bolso el tabaco que no le fue fácil de encontrar debido al desorden de libros que había dentro. Lo armó y lo fumó.
La tarde caía con toda lujuria sobre los árboles y casas que imaginaban sus ojos. La rara sensación en su pecho tomaba forma de arroyos que exploraban el rostro ahora empapado.
No podía pensar. No podía concentrarse.
El tabaco ahora era por diferencia de unos minutos un consuelo eterno.
Creyó que leer calmaría sus deseos de ser feliz y leyó: “En lenguaje espiritual podríamos decir que dentro de cada persona hay una chispa individual de lo Divino, aunque hemos olvidado esta verdad fundamental por que estamos dormidos a nuestra verdadera naturaleza.”
En ese instante, pasó por enfrente suyo un automóvil escuchando a todo volumen el tema que hace unas horas se encontraba tarareando en su cabeza y que le había hecho recordar buenos tiempos de su niñez, con su padre. La sincronisidad de la vida lo había llevado a tener particular atención a las situaciones y circunstancias que lo rodeaban por más mínimas que sean, entonces comprendió que no debía darle la espalada a ese sentimiento angustiante, sino que debía hacerle frente.
Se preguntó ¿Por qué me es tan difícil perdonar a alguien? Y de la pregunta obtuvo la respuesta: por que en realidad no tengo que perdonar a nadie (pensó para su interior) solamente tengo que perdonarme a mi mismo, o acaso ¿no soy yo quien se pone las barreras para con los otros?, los otros siempre dieron lo mejor de si (o por lo menos así quiso pensarlo en ese momento). El dar sin recibir (resolvió finalmente) es romper esas barreras que uno mismo se pone y perdonarse por hacerlo.
Así su ansiedad fue de a poco calmada. El arroyo se sabia seco desde ese momento y el consuelo cada vez disto mas de ser eterno.
Ahora la tarde le ofrecía un rojizo digno de divinidad, próxima la noche decidió subirse a la bicicleta y volver al mundo para perdonarse y amar hasta el sin fin.

jueves, 26 de febrero de 2009

Amoragua

El amor, lo entiendo como agua.
Fluye, toma diferentes estados según las circunstancias.
Según Los momentos de la vida.
Te puede ahogar o congelarte y para llegar a el necesitas elevarte.
Cumple un ciclo y vuelve a nacer, cae desde el cielo, a veces se estanca, es inmenso y a la vez tiene rápidos.
Da vida, la misma es y crece por El.
Pero al igual que el agua, no puedes retenerlo, puede que según su estado logres un instante, pero será ínfimo y efímero.
Por eso comprendo que no hay que desear tenerlo, sino simplemente sumergirse.
Al sumergirnos nos vemos desnudos ante el, todo lo empapa, todo lo moja.
Y en definitiva, tanto la tierra como nosotros, los seres humanos, somos 70 u 80 % agua, o sea, amor.

lunes, 23 de febrero de 2009

Enlazados

Irradiaba alegría.
Hace instantes había tenido una de las mejores experiencias en años.
Parado, esperando en el medio de la capital el colectivo que lo llevaría a la realidad, recordaba las melodías ínter-espaciales de amor sincero, los acordes rebuscados y la presencia trascendental de un hombre de luz.
Torpe, atropellado por la exaltación del recuerdo subió al colectivo que impregnaba ciudad. Se acomodo lo mejor que pudo para saborear esos últimos sabores recientes. Pero no pudo evitarlo. No pudo.
La miro, la exploro, la amo.
Ella rubia, radiante y oscura. De vestido a lunares y mirada dispuesta al encuentro.
Avanzaba el recorrido y cada vez mas gente acudía al transporte, parecía que muchos debían volver a la realidad; Suerte para El (aunque a partir de ese momento no creyó mas en el azar) ya que al levantar la vista se encontró a centimetrosnomas de unos ojos que desnudaban temores e insinuaban invisibles campos de gravedad.
(La disfruto en el más puro e interno jardín.)
De repente se vio inundado del último sentimiento que creería experimentaría en ese momento. (Ella) no estaba sola, abrazaba físicamente al que en otro tiempo abrazaba con el corazón. Sin embargo, la educación impuesta se hace visible en momentos donde el inconciente encuentra un camino para reclamar lo suyo. ¡No codiciaras a la mujer de tu prójimo! Exclamo para su interior mientras la distancia entre El y Ella se hacia abismal
(¡Que fácil se castiga lo que no se conoce!)
Sentado en la parte trasera confirió a la mirada que en algún lejano tiempo aquella noche le había regalado a la misma energía que emanaba de su propio ser. ¡Pero que desilusión! Entera, divina para el crimen ciego ahora la veía El a millones de años luz.
Hasta que en ese preciso momento se detuvo el tiempo. Levanto la vista sabiendo ya de ante mano lo que le esperaba. Una mirada y una sonrisa que conocía desde siempre se asomaban solitarias a su encuentro. El, el otro, ya no estaba. No importaba que había pasado, si se había bajado, quizás se habían peleado. Ya no existía nadie más en el colectivo. Pensó: ¿Que le diría? Algo tenía que decirle. ¿Pero qué? Le hablaría de su mirada, de su eterno amor! Pero no.
(¡Temor! ¡Temor!).
Ya está, se le acercara y no le dirá nada, la besara o tan solo la abrazara. Con eso le basta.
El colectivo se detiene.
El destino inexorable cae sobre el como a un héroe trágico. La ve bajar. Partir. Con rápida disposición examina el lugar y la zona para recordarlo y venir a buscarla cuando haya resuelto el Temor.
Ella camina de espaldas a la vereda para observarlo una vez más y regalarle una sonrisa y un beso a distancia.
El colectivo se aleja.
Ella llega a su casa, Irradiaba Alegría.
Hace instantes había tenido una de las mejores experiencias en años.

domingo, 22 de febrero de 2009

Ojos color Tierra (creacion)

El iris absorbe Luz. El corazón Luz verdadera

Cerró los ojos. Estaba sentado en el medio del jardín, su cuerpo permanecía inmutable (por fuera). Vio primero oscuridad, la nada (el todo). La noche se agitaba en su interior cual corazón delator, tenia como propósito reflejar el sinfín, la luz.
De a poco se hizo imagen de si (aunque le fue extremadamente difícil), se vio el rostro, no reconoció ni mirada ni sonrisa alguna. Solo sombras y contornos.
(El tiempo ahora era no tiempo)
Se concentro, su poder de meditar se había acrecentado tras experiencias sublimes; se concentro en observar un ojo, en descubrirlo. Lo vio, sin embargo decidió no mentirse, darse cuenta si esa mirada era verdadera y en caso de no serla buscar el verdadero color.
(Abstracta sensación de desnudez)
Penetro en la mirada. Su mirada que ya no era más que su (no) mirada. Y así descubrió su cuerpo entero parado solitario en la inmensidad (nace acá la independencia o mejor dicho la dependencia hacia uno)
Era imagen y semejanza en esencia.
Alejando la vista de la pintura que observaba, llega a verse cada vez más pequeño y logra ver a la tierra desde el espacio. Ahora la vista se retrae mas y mas disminuyendo en tamaño a la tierra hasta verse la tierra en su ojo.
El ojo es parte del cuerpo antes observado y nuevamente está parado en medio de la blanca inmensidad ahora conciente.
(La conciencia mata la soledad)
Abre los ojos, ve el jardín pleno, libre, como lo había dejado antes de meditar. Sin embargo siente la sutil presencia de la tierra en sus pies.
Ahora El y el Jardín son uno concientes.

sábado, 21 de febrero de 2009

Recuerdo (no)

El pasto mojado recuerda la lluvia
Al poeta oculto tras una ventana

El pie sobre el pasto
El rió salado sobre la mejilla

El cielo nublado recuerda la lluvia
Al poeta muerto en la acera

El ojo en la noche
El frió que hiela los huesos

Blanco amanecer. Blanco florido
Colores del alba asoman partida (llegada)
El poeta vuela. Es pájaro otra vez
No cae en recuerdos, libre su memoria
Ama el hoy.

...

Y me dijo…( cuando anteriormente le había explicado mi opinión con respecto a que uno se enfoca en una cosa, un objeto, un arte, una filosofía y no en muchas por miedo quizás a que el tiempo corre, al saberse próximo a una mutación o muerte) Eso, es la muerte; me encantaría ( y estaba seguro de su anhelo) que cuando llegue a la muerte y llegue a algún lugar donde haya alguien parado enfrente mió yo le haga tres preguntas y me responda “no lo se”.
¿Vivimos para no tener respuesta de esas cosas que nos intrigan? ¿La muerte como estado de cambio es una No - respuesta? O ¿todo eso junto es la respuesta?¿ Somos concientes de la continuidad o nos rebajamos al ego?