miércoles, 22 de julio de 2009

- ¿Para que vas a sentarte a explicar las cosas? O acaso las cosas no son percepciones. En definitiva nunca vas a encontrar un punto unánime, por que son percepciones.

- Son, en efecto percepciones. ¿Pero en efecto de que? De una subjetividad que dista mucho de sentirse Sujeto, de una subjetividad que baila sola por la noche llena de estrellas.

- No. De una subjetividad que es. Que se deja ser. Que encuentra cause al principio y al final del río del yo. O me vas a decir que ahora crees en la multiplicidad de esencias en conjunto.

- No. No la creo. Nunca la eh creído. Va, quizás alguna vez. Pero ya no más. Hoy creo en el hoy, y el hoy es experiencia.

- Y Bueno ahí lo tenes. La experiencia es sujeto, la experiencia es percepción.

- Y si la experiencia es sujeto ¿Por qué rondar en las profundas aguas del ego? ¿y no Ser Sujeto? No multiplicidad, unidad.

- Es la naturaleza que nos toca, ¿o acaso las flores de tu jardín tienen el mismo aroma, o las manzanas pecan de igual tamaño y forma?

- Tus ojos son adultos, ya no más inocentes. Ves por las formas, oís por los sonidos, dejaste de ser niño y ahora tu conocimiento, eso que vos crees que es la relación sujeto-objeto carcomió tu mirada. Pensas en particularidades universales y no en universalidades llevadas a lo particular. Oles la Flor, no su sentido. Ves la manzana y no su vitalidad.

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