jueves, 25 de septiembre de 2008

Salvate


martes, 23 de septiembre de 2008

Sintiendome

Acá me encuentro, experimentando las sensaciones mínimas aunque intensas de la vida.
Es así. Sintiéndome débil y frágil.
Tratando de superar los mandatos impuestos y casi genéticos y primarios de un superyo que sin dudarlo impone, impone e impone.
Un superyo que dice como es la realidad, aunque no sea realidad, y menos felicidad.
Un mandato místico que cae sobre el yo, acostumbrado a lidiar con la cotidianeidad y la imaginación, con lo apolíneo y lo dionisiaco.
Un yo en donde cae las responsabilidades de elegir aunque muy dentro sepa que no es su responsabilidad sino es la de uno que se encuentra mas atrás según la psiquis freudiana.
A veces, siento que vivo en el sueño, que ese sueño es realidad. Y otras, que ese sueño es realidad, sistematizada; entero caigo como el durazno que se rompe y sangra, mi ser sangra por dentro, y sabe de la existencia arcaica de una angustia que no es oral, sino una angustia perdida en el tiempo hace tiempo, una angustia muy profunda que me oprime tanto como oprime el superyo y que ahoga una libertad interior y unos deseos de embriaguez dentro de mi cuerpo y alma.
Es así. Sintiéndome débil y frágil.
Y ya casi no distingo esa angustia con la felicidad mundana, se estableció una interrelación entre angustia y felicidad de la cual es difícil escapar y correr. No busco no ser feliz, al contrario quizás sea algo que nunca encuentre o quizás si, al menos intento alcanzarlo a través de estas líneas.
Es luchar contra los molinos de viento convertidos en gigantes.
Pero al menos tengo un rocinante y varios sanchos que me ayudan en dicha pelea, y dan fuerzas que se transmiten hacia el interior donde se disputa la verdadera batalla.
Una batalla que también busca una verdad, por que la certeza da felicidad (tristemente), y al ser mundanos como somos, la certeza del hombre a saber que su poder se acrecienta da Felicidad. Poder que abarca desde cosas insignificantes hasta vidas y seres iguales.
Espero encontrar en la diosa Tear la catarsis posible; para sacar lo que llevo dentro, es decir, la angustia, lo racional, lo apolíneo, lo superyoiano y tantas otras verdades absolutas que empezaron a ser relativas en el instante en que dije que eran absolutas.
Es así. Sintiéndome menos débil y más fuerte.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Canciones por la Paz

Envueltos en el furioso presente, sujetado a un futuro inmediato y a la vez tan lejano, cae el ser; el espíritu se ve desprovisto de valores necesarios para su funcionamiento; el hombre no encuentra su cause y fluye intercomunicado con el mismo vacío.
La paz encarcelada en algún rincón del planeta, espera ansiosa su libertad, su explosión.
El hombre dibuja formas similares a ella para no olvidarse como era y así poder engañarse. Sin embargo, fálto de capacidad para explorar su interior no ve, no oye y no siente, que la paz yace en el Ser, en lo profundo del alma a la vez tan vasta y tan tenebrosa.
Quizás por miedo, por ingenuidad, por opresión.
Tomando palabras Sabias: “uno es, su propia muralla” y debe saltarla, destruirla para descubrir nuevos lugares, lugares inimaginables para el mundo de hoy, pero tan cercanos y coexistentes para aquellos que decidan suicidar el ser/hoy, romper las paredes y crear, renacer en un nuevo y hermoso ser.
Renacer en el arte, Renacer en el amor, Renacer en la Paz
No olvides que “lo único que necesitas es amor”.
Texto leido en la segunda presentacion de "Canciones por la Paz"



miércoles, 17 de septiembre de 2008

No esperes el sol

Despojado de certezas, encausando demasiados sentimientos para lo que se supone una solución objetiva.
Veo el mundo llorar.
Veo tus ojos tristes y mis manos tiemblan.
Resuelto a observar los pasos, abrazos, pleitos, amores, desamores, sufrimientos, felicidades, y demás cotidianeidades.
Sumerjo mi lente en lo oscuro.
Sueño, cada tanto alucinaciones, que despiertan la febril noche de ayer y llenan el mar rojo sangre.
Tierra fértil se escapa de tus manos al igual que tu vida por enfermedades tan complejas como tu decisión de hoy.
Jazmines florecen en campos minados por tu propio ejercito y convierten la guerra en un disfraz primaveral que te ayuda a padecer sin ser.
No esperes el sol en el horizonte, será efímera su belleza.